lunes, 1 de octubre de 2012

Otoniel Font-Dios es un Dios de Pactos


Cuando hablamos de un pacto, y hablamos de la función de un pacto, es importante entender que un pacto es establecer unas áreas de acuerdo, para delinear la conducta espiritual, moral y natural que tenemos ante todas las situaciones. Un pacto preestablece la manera en la que debes de actuar, antes de llegar al momento donde tienes que manifestar tu decisión.
Dice la palabra que Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Lo esto quiere decir es que Dios es un Dios de pactos. Lo que él dijo, él lo va a hacer. Dios ya ha predeterminado la manera en que él va a actuar, lo que él va a hacer, y no hay nada que cambie su opinión. Ni aun nuestras decisiones cambian la forma de actuar de Dios.
Lo peor que puedes hacer es llegar a un momento de presión, de tensión, y no saber de antemano cómo tienes que actuar, al llegar a ese lugar. Cuando tenemos un pacto, entre Dios y nosotros, nuestras decisiones están ya delineadas, están establecidas.
José recibió la tentación de la esposa de su jefe, y su reacción fue decirle que no podía hacer eso, porque él tenía un pacto con Dios, y con Potifar.
¿Quieres comenzar a tomar mejores decisiones en tu vida, para no tener que verte involucrado con las consecuencias de unas malas decisiones? Es necesario que tú entiendas el poder de un pacto.
Cuando estudiamos la palabra de Dios, podemos observar que el trato de Dios con el hombre siempre ha sido basado en los pactos establecidos. Todo lo que Dios ha hecho, lo ha hecho basado en los pactos, en los compromisos que él ha establecido con el hombre.
Dios hace un pacto en el huerto del Edén. Dios bendijo al hombre que había creado a su imagen, conforme a su semejanza. Dios declaró una palabra y, en ese momento, estableció lo que iba a ocurrir.
Luego, vemos el pacto de Dios con Adán, que viene después de que Adán pecara. Hay quienes piensan que aquello fue una declaración de maldición, pero eso fue un pacto. Dentro del pacto, Dios le dice a Adán que, a pesar del pecado, él traería una semilla que le aplastaría la cabeza al diablo. ¿Quién se estaba comprometiendo? Dios. Y el hombre debería reaccionar a eso. Aun el mismo Satanás estaba detrás de esa semilla, porque él sabía que Dios lo cumpliría. Todos los profetas estaban esperando esa semilla, porque sabían que Dios cumple su palabra.
Aun en los errores más grandes de tu vida, Dios siempre hace un compromiso contigo, y te dice que, a pesar de la decisión que tomaste, hay una simiente que no se va a perder, y deberías reaccionar, no al pecado, sino a la palabra de redención que Dios te trae, cuando tú tomas malas decisiones.

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